El Vaticano confirmó el viaje
del papa a Tierra Santa del 24 al 26 de mayo próximos. Un viaje que suscita
muchas esperanzas por parte de los distintos medios religiosos y políticos. Se
dirigirá a Ammán, en Jordania, a Belén, en Palestina y a Jerusalén, en Israel.
Grandes e inmensos retos esperan
al papa Francisco en esta visita. Estamos acostumbrados a un papa que habla con
gran libertad y cuya principal preocupación es volver a poner, al primer plan
del pensamiento de la Iglesia, los
imperativos evangélicos de los cuales Jesús fue el primer testigo y el primer
mártir.
Es allí, en Jerusalén, donde
los poderes religiosos (Caifás) y políticos (Pilatos y Herodes) lo han
arrestado, torturado y llevado a muerte sobre una cruz. Se acordarán que Pedro
le había dicho de no viajar a Jerusalén, que iban a matarlo. La respuesta de
Jesús ha sido tajante al respecto: “… volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de
delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en
las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” (Mt.16, 23)
Jesús sabía lo que iba a
hacer en Jerusalén y lo que resultaría. Echaría fuera a los vendedores del
templo, denunciaría la hipocresía de los doctores de la ley y los fariseos,
recordaría lo mas importante de esta ley que es “la justicia, la misericordia
y la fidelidad”. (Mt 23,23) Confirmaría que el reino de su Padre no es el de
los grandes y potentes, pero el de los humildes y dejados por cuenta. Sabía
que no podría atraerse la complacencia de sus huéspedes y que el castigo seguiría.
Los retos de este viaje del papa Francisco se sitúan a distintos niveles.
Hay, sobre todo, esa
historia de una fe común que
abarca el período del Antiguo Testamento (A.T). Sobre este período, los
cristianos tienen siempre unas palabras que decir, estas mismas palabras que
ese Jesús, de la descendencia de David, ha tenido ante los escribas y fariseos
que le preguntaban sobre la ley y los profetas. Le preguntaban cuál era el
primero de todos los mandamientos. “Jesús respondió: El más importante es:
"Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; y amaras al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y
con toda tu fuerza." El segundo es éste: "Amaras a tu prójimo como a
ti mismo." No hay otro mandamiento mayor que éstos. (Marc,
12, 29-31)
El papa Francisco debe buscar
en estos dos grandes mandamientos del amor de Dios y del próximo, mandamientos compartidos por la fe hebraica y cristiana,
con que abastecer los intercambios sobre la paz y la armonía entre las
distintas comunidades que viven en los territorios palestinos e israelíes.
Hay también esta comprensión que tiene
la Iglesia de la alianza de Dios con su pueblo. Según el Nuevo Testamento
(N.T.), el pueblo al cual se refiere esta alianza desborda de mucho las
fronteras raciales del pueblo judío. No se trata ya de un pueblo, definido
por la sangre, pero de un pueblo, definido por la fe. El apóstol
Pablo aborda esta cuestión de la siguiente manera: una parte del pueblo judío
rechazó el mensaje de Jesús, abriendo así la puerta a todos los demás pueblos
de la tierra a juntarse a la nueva alianza, sellada en la persona de Jesús de Nazaret.
Al final del tiempo, este pequeño resto endurecido del pueblo judío, será, por gracia, reincorporado a la gran
alianza de Dios realizada en Jesús (Romanos, 11). En él, el Dios de Abraham, de
Isaac y de Jacob reconcilia a todos los pueblos de la tierra, no por la sangre
de una descendencia, sino por la fe que fue su inspiración. Sobre eso, el papa
Francisco debe hablar. La Alianza de
Dios cubre todos los pueblos de la tierra y no solamente al pueblo de Israel.
Este último punto conduce directamente al debate político e ideológico sobre el
sionismo.
La comprensión que se hace la
Iglesia de la historia del A.T. y del N.T. esclarece de une manera particular
los conflictos entre los Palestinos y los Israelíes. En este contexto, el papa
Francisco no puede callarse sobre la ideología sionista que se basa en los
lazos de sangre y en las promesas hechas a Abraham para ocupar, de derecho divino, el territorio
palestino y, allí, reinar sobre todos los pueblos del mundo. El papa Francisco
debe denunciar esta ideología basada en una interpretación errónea de la
promesa hecha a Abraham. Ya, numerosos judíos, cristianos e islamistas denuncian esta ideología sionista.
Sobre este punto preciso del sionismo,
el papa Francisco debe tener una palabra inequívoca y hacer entender a los
dirigentes israelíes, que se dejan guiar por esta ideología, que están
siguiendo un falso camino. Debe recordarles que esta orientación va tanto en
contra de la promesa basada en la fe de Abraham que en la de los dos mayores
mandamientos que resumen la ley y los profetas, el del amor de Dios y del
próximo. Finalmente debe decirles que el sionismo va en contra del respeto de
los derechos del pueblo palestino a vivir sobre sus tierras en Palestina y en contra,
también, de la Carta de los Derechos Fundamentales de las personas, muy iguales
en derecho.
Esta visita debería coronarse
por una declaración del papa Francisco que desea que la Tierra Santa se
convierta en el prisma de una humanidad donde se codean y viven gentes que
vienen de todos los horizontes, de todas las razas, de todas las culturas,
símbolo perfecto del pueblo querido y amado de Dios. En resumen, un gran Israel, no fundado sobre la
raza, pero sobre la solidaridad, la fraternidad, la justicia, la compasión, la
ayuda mutua, la acogida, el servicio, revelando así, en este prisma de
humanidad, la verdadera cara de Dios.
Judíos, cristianos,
islamistas y todas las personas de buena voluntad sabrán reconocerse en esta
humanidad. Sólo los manipuladores del
nombre de Dios y de sus promesas lo rechazarán, para hacer de este Estado de
Israel un enclave con poderes de soberanía y potencia. Jesús, en su tiempo, no
dudó en denunciarlos y a pagar de su vida el proclamo de la verdad. Era la
voluntad de su Padre. Se le pide igual, hoy, al papa Francisco.
Ya, el papa Francisco, tuvo
una palabra clara relativa a estas manos invisibles del mercado, de la economía
y de las finanzas que reducen a la persona humana a un nivel de residuos. Pueda
tener una palabra tan clara para hacer oír que el sionismo es incompatible
tanto con las verdaderas creencias hebraicas como con el cristianismo.
La amistad entre cristianos,
judíos e islamistas debe ser cada vez más intensa y su lucha contra el sionismo
y la barbaridad, cada día más fuerte.
Oscar
Fortin
Québec, le 11 janvier 2014
Québec, le 11 janvier 2014
traduction:
Marius Morin
Me interesaria poder viajar a ese lugar cuando este su santidad y por eso trato de averiguar por promociones a ese país. Por eso trato de que con Lan Argentina poder obtener la forma mas fácil pero sobre todo mas económica para llegar allí
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