BUSQUÉ A DIOS
Lo busqué en el consumo, en el poder, en el parecer:
No lo encontré.
Lo busqué en los senderos por donde crece lo humano:
Allí lo vi.
Lo reconocí en los humildes y pobres,
En los huérfanos y excluidos.
Lo reconocí en los perseguidos por la justicia,
En los salmos y poesías de Ernesto Cardenal.
Lo reconocí en los compromisos sociales de Chávez,
En la muerte profética de Mgr. Romero.
Lo reconocí en el anhelo de verdad de los pueblos,
En el deseo de vida que sea para todos.
Era Jesús de Nazareth, presente en la humanidad
También lo reconocí en la inspiración humanista de Fidel,
En la promoción de la educación, de la salud, de la ayuda mutua.
Lo reconocí en el sudor de los trabajadores
En la honestidad y los sacrificios de los humildes.
Lo reconocí en la democracia participativa de los pueblos,
En el respeto de las diferencias de cada uno.
Era el Espíritu, presente en el corazón de América
Igual lo reconocí en la bondad de los que perdonan,
En la acogida gratuita y generosa de los excluidos.
Lo reconocí en el dolor de las madres que buscan a sus desaparecidos,
En la fe de los que dan todo para que otros tengan vida.
Lo reconocí en el compartir de los unos con los otros,
En el amor de madres y padres que aman a sus hijos.
Era el Padre, presente en todos
Más que todo, lo reconocí en la solidaridad humana,
En la fraternidad que llega a todas las personas de la tierra.
Lo reconocí en la búsqueda de la verdad, de la sinceridad,
En el deseo compartido de UNIDAD respetuosa.
Lo reconocí en la creatividad de los artistas,
En la frescura del viento y en el canto de los pajaritos.
Era Dios con todas las personas de buena voluntad.
Oscar Fortín
Cuba, el 15 de noviembre 2005
dimanche 20 novembre 2005
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