Sabemos
desde tiempo que la Iglesia, en su cúpula eclesiástica, ha sido una aliada de
los conquistadores de América latina y una cómplice de muchos crímenes
cometidos en contra de las poblaciones indígenas. Uno puede decir que eso es
verdad por los tiempos de las conquistas, pero que hoy todo se ha vuelto
distinto. Yo lo creí un tiempo, el
tiempo de las encíclicas del papa Juan XXIII, Pacem in terris y Mater etMagistra, así que la del papa Pablo VI, Populorum progessio, sin olvidar la
Exhortación apostolica Evangelii gaudium. del papa Francisco.
En el
sendero de esos pensamientos se
desarrollaron formas de participación mas cercana de lo vivido por los pueblos
y conocimos movimientos que nacieron de las comunidades de base y de una mejor
comprensión de las raíces de la pobreza de los pueblos. Se entendía la teología
de liberación como una lectura aplicada de los conceptos fundamentales del
Evangelio en combinación con una lectura mas articulada de las fuerzas
sociales, políticas, económicas y religiosas como partes de los problemas como
de las soluciones.
Hace
unas semanas, perdimos dos de esos leaders en las personas del sacerdote MiguelDescoto y François Houtart. El padre Gustavo Gutiérrez, siempre en medio de
nosotros, considerado como el padre de la teología de liberación. Muchos
sacerdotes y laicos se juntaron a los pobres y humildes para acompañarlos en su
lucha contra las fuerzas opresivas, siempre hambrienta de capital y poderes, haciendo de ellos , sus esclavos y servidores,
El lenguaje de esa nueva Iglesia de base se convirtió en un lenguaje de hechos
concretos. La justicia y la verdad pasaron de la noción mental a la de los
hechos. Muchos de los sacerdotes y unos de los obispos de aquellos anos dejaron
el confort de sus casas de barrio alto para una casa en medio de los pobres y
humildes. Este contacto directo con la vida de su gente les enseno mucho sobre
lo que es el evangelio compartido entre hermanos y hermanas de los barrios.
Lo que
era inevitable se produjo: las jerarquías episcopales, en su conjunto, se
vieron cuestionadas por esa nueva Iglesia de los pobres y humildes, acompañados
con sacerdotes compartiendo lo mismo de ellos. En lugar de aprovechar la
oportunidad de convertirse a esa nueva forma de vivir el Evangelio y de
compartir la vida de pobres y humildes, se endurecieron , en su mayoría, para
defender el orden establecido lo que correspondía perfectamente bien a las
oligarquías locales y nacionales. Para
darse buena consciencia , consideraron todos los movimientos nacidos de esta
toma de consciencia de las bases sociales y eclesiales, como comunismo. Su
bandera se transformo en la lucha contra ese comunismo, es decir contra todo
movimiento de naturaleza a cambiar el orden social, político, económico al
origen de la pobreza y miseria de millones de personas. Basta ver lo que
sucedió en tiempo de Allende seguido por un golpe criminal encabezado por
Pinochet. Algo parecido sucedió en
Argentina con la junta militar. Con la llegada del papa Juan-Pablo II, los
episcopados y dictadores latino americanos encontraron a un aliado que
sabría nombrar a los obispos y nuncios
apostólicos los cuales sabrán responder a su función de lucha contra el comunismo. Muchos de ellos están todavía en
función. El episcopado venezolano es el mas activo en la lucha en contra de los
pueblos que tratan tomar su destino entre sus manos. Chávez logro dar los pasos
necesarios para conducir a su pueblo a una revolución democrática y bolivariana: poder del pueblo por el pueblo. Es lo que mas les duele que sea el pueblo que este encabezando su destino.
Ya
conocemos la historia de esta revolución bolivariana que tiene como enemigos principales al
gobierno de Estados-Unidos, a las oligarquías locales y al episcopado de la
Iglesia católica. De parte de
Estados-Unidos hay que ver que Venezuela es una tierra de gran riqueza
petrolera y mineral, que la revolución bolivariana que domestica el capitalismo
salvaje en un socialismos humano no constituye un buen ejemplo por el
continente. La democracia participativa no es su camino de vida. Necesita
controlar todas las etapas de la democracia para que sea representativa de sus
intereses. Las oligarquías nacionales son las que mas aprovechan de las
funciones del Estado. Basta que aseguren en todo la prioridad de los intereses
de Estados-Unidos. En cuanto al episcopado venezolano, logra darse buena consciencia
al proclamar que esta luchando contra el comunismo, la dictadura de Maduro y
que asegura así la liberación del pueblo venezolano del diablo. No les importa
la mentira, la manipulación de los hechos, la violencia criminal de la oposición con tal que Washington y la
oposición recuperen sus poderes anteriores y que ellos tengan agradecimientos
de sus maestros. En cuanto al pueblo, tendrá que ajustarse como es el caso en
Argentina con Macri y en Brasil con Temer. Que los pobres aprieten el cinturón
y que los ricos amplíen sus bolsillos.
Al
consumirse el golpe de estado, les veremos llamando al pueblo a la paz, a la
reconciliación, al entendimiento, sobre todo a la no violencia. Un discurso que
se quedara vacío y sin credibilidad. El pueblo de Venezuela a crecido en toma
de consciencia y no se dejara manipular por estos purpurados.
Oscar
Fortín
El 12
de julio 2017
Juan Pablo II contra el comunismo en América Latina
El episcopado venezolano sigue en la mismo onda:
Los dos pactos del Vaticano con Washington
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