El pecado de la Iglesia venezolana consiste en le hecho que
silencia de completo el intervencionismo de Estados Unidos y de sus distintos
servicios para desestabilizar a un gobierno que no quiere entregárselo las
riquezas del petrolero, tampoco las de las minas. Mas que todo no quiere hacer
del Estado de Venezuela una dependencia del Imperio. Quiere asegurar la
independencia y la soberanía del pueblo.
Los ejemplos de ese tipo de intervencionismo son numerosos y bien
documentados. Basta pensar en el Chile de la Unidad popular bajo la gobernación de Salvador Allende.
Los que analizaban, en aquellos anos. lo que pasaba en Chile sin tomar en cuenta
esa intervención del imperio a través múltiples medios, cuya una, fue de privar
una parte importante del pueblo de
alimentos y de bienes esenciales.Chile conoció en aquellos anos lo que era hacer colas durante horas para comprar sus necesidades.
Los artículos, al respecto son numerosos y bien documentados a
base de archivos desclasificados. Uno que se obstina a no reconocer ese tipo de
intervencionismo y que resume sus análisis al hacer del gobierno el responsable
de todo lo que anda mal, no puede llamarse sociólogo, intelectual responsable, sino
un cómplice del intervencionismo. Chile
conoció de esos obispos por los cuales la Unidad popular de Salvador Allende
era un fiasco, haciéndolo responsable de la escases de los alimentos y de las
huelgas de camioneros.
El ejemplo de Chile tiene mucha semejanza con lo que esta pasando
en Venezuela. Cada vez que leo las declaraciones de los obispos y del Vaticano,
nunca se hace referencia a estas intervenciones de Washington en los asuntos
internos de Venezuela. Son millones de dólares que reciben los dirigentes de la
oposición para fomentar una verdadera crisis interna, abriendo así el camino
para una intervención . El episcopado y, ahora, ciertos miembros de instituciones
religiosas apoyan sin reserva esa oposición violenta, formada y financiada por
los agentes de Estados Unidos y los de la oposición. Cada vez que toman la
palabra en nombre de la Iglesia, silencian la violencia de la oposición al
igual todas esas acciones sostenidas directamente por el departamento de
Estados Unidos. Actúan como si fueran ellos mismos miembros de esos organismos
con los cuales conciertan sus propias acciones. Par ellos hay un dictador que mata a su gente. Es lo que dicen y proclaman a través el mundo, sabiendo que no es el caso. Ven lo que la oposición hace. lo que los mercenarios y jóvenes movilizados hacen. El mensaje debe ser que el gobierno es responsable de todo. Hay un jesuita que hace excepción a la directiva y que habla de verdad, Les pongo la referencia.
https://www.aporrea.org/actualidad/n310111.html
https://www.aporrea.org/actualidad/n310111.html
Estamos frente a una Iglesia que da cara religiosa a objetivos de
conquista y de dominación de un Estado y de un pueblo. Hablan de democracia al mismo tiempo que apoyan los terroristas que nunca acusan de matar y de quebrar todo en su
camino. Todo lo malo es del gobierno.
Mi conclusión es la siguiente
En Venezuela hay muchos problemas al nivel del abastecimiento de
alimentos y medicina. Hay también mucha violencia que mata, hiere, destruye.
La pregunta que todos los de buena fe tienen que hacerse es la
siguiente: ¿QUIENES SON LOS QUE ESTAN TRAS ESTA VIOLENCIA, TRAS LA ESCASES DE
ALIMENTOS Y BIENES ESENCIALES.?
En Chile, en 1972-1973, los obispos y muchos de los de las
instituciones religiosas no se plantearon esta pregunta. Les convenía mas hacer
de la Unidad popular de Allende la gran responsable de su fiasco como régimen,
que de poner a luz el intervencionismo de Estados Unidos, de la CIA, de las oligarquías locales. Al no denunciarlos la iglesia institucional se hizo cómplice de aquel golpe de Estado con miles de muertos y centenares de refugiados.
Lo mismo esta pasando con el episcopado venezolano y sus instituciones. Saben lo que paso en Chile y saben que lo mismo se esta tramando en Venezuela. Se hacen ciegos sin serlo, sordos sin serlo.Se trata de un pecado estructural de gran gravedad de parte de la Iglesia venezolana.
Lo que el presidente Eisenhower decreto en el principio de los
anos 1960, contra Cuba, sigue lo mismo en termino de intervencionismo desestabilizador de
un gobierno que no se súmete a sus ordenes.
En un mémorandum secreto dado al présidente Eisenhower, el 6 de abril
1960, el ayunto sub-secretarion del Estado, Lester Mallory escribió lo siguiente :
"La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (...) No hay una
oposición política efectiva. (...) La única forma posible para él perder el
apoyo interno está causando la desilusión y la insatisfacción que causa la
insatisfacción económica (...) y la escasez. (...) Hay que poner en práctica
rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (...)
negando dinero y bienes de cualquier tipo para reducir los salarios y el empleo
Cuba, causando el hambre, el desánimo y la caída del gobierno. "
Le cuesta al Vaticano y a los episcopados latinos americanos
reconocer ese tipo de intervencionismo y aun mas a denunciarlo. Al no hacerlo
se vuelven cómplices de todos los crímenes que resultan de ese tipo de
intervencionismo. Mas grave, todavía, transfieren a otros actores que no tienen
nada que ver con esas acciones la responsabilidad de cometerlos.
Oscar Fortin
El 24 de junio, 2017